Confusiones con Jesús
  
Corría el año del 2004 cuando tuve la oportunidad de estar con mi familia nuevamente. Aún recuerdo como el taxi me depositaba a las puertas de la casa de mis padres, yo bajaba rápido mis maletas y mi Madre ya estaba allí en la puerta esperándome pues procuraba hablarle por teléfono desde el aeropuerto para avisarle que iba en camino, después vinieron esos abrazos efusivos que siempre nos dábamos siempre que venía visitarlos. Entré a casa y rápidamente fui a botar mi equipaje en una de las recámaras que antiguamente ocupaba cuando residía con ellos mientras que mi madre se dirigió al comedor, que siempre ha servido de sala de recepción, para esperarme allí y así contarnos los últimos pormenores de nuestras vidas.

Tomé una mochila que llevaba conmigo y me encaminé al comedor con ella, cuando llegué la puse sobre la mesa.

-¡Mire lo que le traje Má! Trece compañeros de viaje. –Extraje de mi mochila un tallado de la última cena- Acabo de ir a Bogotá y allá un par de amigos me dieron un tour en los alrededores de la ciudad, terminamos visitando la Iglesia que esta arriba del cerro de Monserrate que está pegado a la ciudad. La vista de la ciudad desde allá arriba es soberbia. Hay como un mercado de artesanías relacionadas a la iglesia de Monserrate y a cuestiones de la iglesia Católica en general y allí vi éste tallado que me gustó para usted. Me dijeron que esta tallado en hueso de res aunque noto que utilizaron una especie de pegamento para unirlos pero apenas es visible. Esta bonito ¿no?

Noté que mi madre se puso seria y le empezaron a brillar los ojos, pensé erróneamente que era de la emoción.

-¿Cómo la ve? Dígame donde se lo pongo -levanté la figura nuevamente - Yo lo hubiera titulado “La Ultima Tertulia”, porque creo que me los dieron con desayuno, almuerzo, cena y “tlapehues” incluidos, esta bien pesado. Cuando andaba caminando en los aeropuertos con él en mi mochila, me sentía como el “Pípila”, nada más me faltaba mi antorcha y mi Alhóndiga para quemar la puerta. ¿Qué le parece?

-Si, esta bonito -Había un tono de voz que no correspondía con la situación.

-¿Esta bien? ¿Qué le paso?

-Estoy bien hijo. -Sabía que no era así, tenía ese tono de voz que nos da cuando estamos en la orilla de la lágrima, esa reverberación que nos indica que la persona que esta hablando esta caminando por una tela muy delgada y que está a punto de romperse.

-¿Qué pasó Má? ¿Esta enferma?

-No es que me dijeron

-¿Qué le dijeron?

-’Pus’ que Jesús...

-¿Qué le pasó a Jesús? -A mi me gusta enterarme rápido de los chismes.

-Bueno, que...

-¿Pero qué le pasó?

-Que no es cierto que J...-Suspiros lastimeros, largos y profundos que eran típicos de mi Madre.

-Que ¿no es cierto qué?

-Déjame terminar hijo.

-Esta bien.

-’Pus’ que Jesús se metió con alguien y había tenido hijos.-cerró por fin mi Madre.

-¿Qué tiene de malo? Yo ya le había dicho que una vez me encontré a Jesús con su mujer de una forma nada ortodoxa hace unos años.-Ella me miraba con incredulidad evitando que rodara por su rostro la lágrima que ya estaba en su ojo izquierdo, asumí que la del ojo derecho venía también en camino y además se le veía una pena reflejada en su cara que daba mucha tristeza verla.

-Allá por el 98 ó 99, no recuerdo con precisión el año, venía en la “bici” después de irle a dar su mantenimiento a mi departamento que tenía en Aragón, cuando pasé el parque noté que había mucho tráfico adelante pero usted sabe, uno empieza a meterse entre los coches todo temerario para ir rápido. Pero cuando estaba a una cuadra y media de aquí me percaté que adelante había un trolebús parado en el centro del carril por lo que decidí pasarlo por la derecha, no bajé la velocidad porque me di cuenta que ambas puertas estaban cerradas por lo que no veía peligro de que fuera atropellar a algún pasajero, lo que yo no sabía es que estaba detenido porque estaba dejando pasar un auto en la intersección y no vi el auto porque el mismo trolebús me obstaculizaba la vista, entonces cuando paso la “trompa” del trolebús y comienzo a cruzar la intersección de repente vi la sombra de un objeto grande que pasaba enfrente de mí e inmediatamente me di cuenta que estaba en problemas. Dicen que cuando sucede algo así le pasa la vida de uno por la mente en un instante, a mi lo único que me pasó fue “¡Ya ni pierdas el tiempo en frenar, mejor aflojate porque vas a llegar con todo!”... y que “pepeno” el auto que estaba cruzando exactamente a la altura de la puerta del pasajero, allí si le puedo decir que me llegaron a la mente un montón de leyes y principios de física, química y biología que me enseñaron en la escuela. Lo bueno que yo lo agarré de costado porque si él me agarra a mí, no la cuento. El caso Má, es que después de la “embarrada” me levanto de mala manera y veo que el auto con el que me estampé estaba detenido unos metros adelante y resultó ser que era un volkswagen “escarabajo”, me aproximé al auto caminando de milagro y me di cuenta conforme me acercaba que tanto el conductor como el pasajero no se movían de su sitio. Llegué a la altura de la ventanilla del pasajero y noté que estaban serios viendo hacía el frente, cuando me vio la señora que iba del lado del pasajero abrió la ventanilla, les pedí disculpas por mi imprudencia pero les comenté que no los vi sino ya cuando estaba encima de ellos, me imagino que yo estaba balbuceando. Jesús, que iba manejando, estaba blanco del susto y siguió con la mirada al frente y las manos en el volante pero la señora reaccionó de inmediato y empezó a mentarme la madre por no sé cuánto tiempo porque yo ni caso, todavía estaba atarantado pues el “burrazo” estuvo bestial. En ese momento de trance fue cuando reconocí a Jesús y lo saludé por su nombre, le dije quién era yo y que lamentaba lo que había pasado. Nos saludamos y toda la cosa y al final él se llevó su susto y yo el “madrazo”. Me vine caminando a la casa porque mi pobre “birula” pagó los platos rotos le destrocé la llanta delantera con todo y “rim”, la verdad salí bien librado pues no me pasó nada, sólo me dolió la espalda por dos semanas...

-Ese Jesús no.-Me lo dijo muy seria.

-Entonces ¿Cuál?-Se me había hecho raro que estuviera triste por ese Jesús y yo ya le había echado un rollo largo.

-Jesús nuestro señor.-Esto lo dijo muy despacio, como arrastrando no las palabras sino las letras y utilizando lo profundo de sus pulmones para recalcar lo que acababa de decir.

Y cuando mi Má ya iba a soltar la lágrima pesada, gruesa y abundante que yo le conocía, solté una carcajada que hizo que retumbara toda la casa, interrumpiéndole toda intención. Volteó a mirarme con la lágrima atorada y con su trompa de fuera como diciendo “Aparte que que no me deja llorar, se burla de mí”.

Paré de reír sintiéndome de maravilla pues había sido una risa como aquellos estornudos donde se suelta uno a todo pulmón y acaba uno bien relajado. Inmediatamente inicié una nueva explicación abriendo la misma con esa frase característica que muestra la sensibilidad que tengo para discutir los temas que me parecen absurdos.

-Madre, esa es una reverenda pendejada -suena ofensivo cuando mi interlocutor está exponiendo una idea opuesta a la que yo tengo y yo abro mi replica de esa forma pero es un bálsamo cuando mi interlocutor tiene el mismo flujo ideológico que yo y con ésta apertura apoyo su tesis, para éste caso aplicaba la segunda por lo que mi madre se vio mucho más relajada después de tan contundente aseveración y hasta me dio la impresión de que la lágrima que tenía preparada fue absorbida de vuelta y guardada en su saco lacrimal para mejor ocasión- y le voy a explicar porqué pero para que lo entienda bien a fondo le voy a dar un contexto.-Y que me arranco con el segundo rollo de la tarde.

-Mire, desde que me fui a los “estates” me di cuenta que mi inglés no era muy fluido que digamos por lo que me puse a leer un montón de literatura en inglés. Comencé a leer los libros que normalmente leen de aquel lado, por alguna razón escriben libros bien exagerados. Escriben historias dramáticas y bien ficticias para que se vendan bien y los escritores vivan bien también. Siempre inventan a alguien que va a volar en pedazos algo o que amenaza la estabilidad de un país o una región o un asesino se suelta matando si motivos o un grupo de terroristas planea algo cruel y despiadado y siempre sale el héroe o la heroína que nos salvan de los funestos y “tan, tan, éste cuento colorado... por fin se ha acabado” . También tienen libros serios pero como que la mayoría de la gente no repara en ellos. Para que me entienda, mientras más “fumado” sea la “fumada” que escriben pues más fumadores habrá que lo lean... pero no nos metamos con mi filosofía tercermundista.

-El caso Má, en una de esas me encontré un libro llamado “Angels and Demons” de un tal Dan Brown, ya a esas alturas ya estaba harto de la literatura barata a la que están acostumbrados allá. Leo el libro que le menciono y resultó que es una “fumada” mayor. En resumen, alguien colocó una bomba que iba a volar en mil pedazos al Vaticano y entonces surge un sacerdote que salva a todos aunque ya habían ocurrido varios homicidios. Resulta que el que salvó al Vaticano era el que planeó todo para que la gente volviera a creer con más fuerza en la religión católica pues los valores se estaban perdiendo ¿Se da cuenta de semejante pendejada?

-Y eso qué tiene que ver con lo de Jesús.

-Bueno, que el mismo autor escribió después otro libro que se llama “El código Da Vinci” en donde escribe lo de Jesús y su supuestos descendientes. Yo lo tomé como lo que era, una novela, y no me gustó porque seguía un perfil similar al la anterior pero con otros hechos pero el mismo héroe más una heroína diferente en éste libro, al menos no discrimina. La historia es una “jalada” de los pelos, pero el título es muy “ad hoc” para el tema que desarrolló el autor.

-Ad ¿qué?

-Muy adecuado para el tema, es un título que atrae porque da la casualidad que además Da Vinci pintó una de las representaciones más famosas de “La Ultima Cena”. La historia es otra invención rara pero me parece que para éste libro el Dan Brown se basó en un autor anterior que escribió acerca del tema en un libro que creo se llama “Holy Blood, Holy Grail” o algo así. Estoy seguro que le dijeron a usted esa historia de la familia de Jesús porque o leyeron el “Código Da Vinci” o escucharon en la televisión una de las tantas mesas redondas que se hicieron acerca del tema. Ese autor como que está peleado con los católicos, primero quiere volar el Vaticano y después se avienta la historia de los descendientes de Jesús, me pregunto que “fumada” nueva sacará.

-¡Ay Hijo! Yo pensando que era verdad.

-No Má, es una novela... a lo mejor la verdad es peor, pero ¿quién la sabe con certeza? Usted siga creyendo en lo que usted ha creído toda su vida y como usted lo ha hecho y si le salen con teorías diferentes a lo que usted aprendió solo escúchelas, guárdelas en su cabecita y luego las platicamos usted y yo ¡He!

-¡Que bueno que defiendes a Dios! Y eso que dices que no crees en él.

-No estamos hablando de Dios Má.

-Bueno, Jesús.

-Mire Má, si es cierto lo que dicen de Dios y Jesús, créame que ellos son los que menos necesitan ser defendidos, lo que estoy defendiendo es su derecho de creer en lo que usted quiera y de la forma que usted quiera, al final de cuentas su forma de creer no se mete con la forma de creer de otros y además me parece innecesario que se preocupe porque le alteren la imagen que tiene de ellos. Van dos mil años y no han encontrado nada nuevo que corrija o destruya su religión y puede que pasen otros dos mil más y nadie encuentre nada, si acaso la olvidarán o la modificarán pero eso es tarea de los teólogos, que se preocupen ellos. Mejor dígame donde le pongo a los “Trece Compadres” ¿Aquí? ¿Segura?

Y allí sigue hoy en día.